sábado, 25 de abril de 2015

¿y después?

Sin darte cuenta y sin saber bien todavía, cómo ni porqué, ahí estás, sentada frente a tu antigua computadora. Ahora no tenés miedo de meter el pendrive en esta maquina e internet en este punto del mapa funciona bien. 
Si por alguna razón o circunstancia elegiste volver nuevamente en tu lugar (o el que en algún momento reconocías como tal), por algo o por alguien después de un viaje, debes sentirte a veces extrañ@.
Pensar en que los otros son los raros, que vos cambiaste y creciste mucho y ellos no se dan cuenta, no va a ser el camino más fácil, ni más sano. Para que convivan en un mismo hábitat diversas especies hay que llevar adelante tareas bastante complejas, pero más aún si se quiere bien con uno mismo y con el resto. Esto debe ser como una receta, de una torta o algo así, hay que ponerle mucho amor y dedicarle la cantidad justa de tiempo para que salga bien. 
Como seres de costumbre que somos, en la vida todo se puede. Si en algún momento conviviste, aceptaste y aprendiste de aquella persona que te parecía tan lejana a vos, vivía en la selva y se alimentaba de insectos y raíces; cómo no vas a entender al de traje y portafolio.

Después de idas y vueltas, subidas y bajadas, acá estoy, a un mes de mi regreso ya estoy una vez más arrutinada, trabajando, pagando un alquiler, cumpliendo horarios, vistiéndome "bien", con agenda, con almuerzo en un tupper y con un sueldo fijo.
A veces me olvido, de que una vez escribí una entrada desde el medio del amazonas a las 8 de la mañana oliendo a hojas mojadas, inspirada e imaginando a toda esa gente aglutinada en algún transporte yendo a algún lugar lejano a encerrarse en alguna oficina de Buenos Aires. Algunas veces me olvido y otras veces, cuando me acuerdo, me doy cuenta de que ahí puedo estar ahora yo a través de los recuerdos. [leerla].

Me considero una persona bastante adaptable, cuando me tocó bañarme con jabón blanco por semanas lo hice muy contenta y cuando salíamos a recolectar comida en el mercado de Perú la primera vez costó pero después ya se fue haciendo más fácil y familiar la cosa. Es por eso que pienso que este período de adaptación seguro es un poco más sencillo para mi que para otro tipo de personalidades. Es más, en cuanto empiece a tener unos billetitos de más en el bolsillo no me va a costar nada salir a comer afuera o dejarme tentar por los 2x1 de las vidrieras! El tema en cuestión es disfrutar de lo que toca, poder no sólo estar bien, sino que estar feliz y sin estar cada minuto pensando en v i a j a r.


Ahora bien... ¿por qué ese fanatismo que algunos ven desde afuera?. Viajar te hace sentir sencilla y plácidamente libre. Ves el mundo de mil maneras, de la manera en que lo ve cada una de las personas que conoces, tan diversas y distintas; y no entendés cómo pueden estar todas esas personas, que vienen de distintas partes del mundo, con distintos gustos y creencias, pero ahí están todos compartiendo una comida, un fuego o una guitarreada, eso sólo es posible en los viajes, porque eso es lo que los une, el amor y la intriga por conocer el mundo.
Aprendes las cosas que nadie te enseña, aprendes viendo en vivo y en directo lo que en otros lugares buscas en google. Aprendes a observar por tiempo indefinido. Aprendes a disfrutar de esas pequeñas cosas, de una cartita que llega viajando desde lejos. Aprendes recetas de todo el mundo y comes cosas que nunca llegarían a tu alacena y eso sí, siempre siempre siempre alguna piedrita en el camino hace replantearte todo, volver a empezar y recargar energías. 
Siempre creí en que los extremos son muy fastidiosos, para uno y para el resto. Si quiero estar bien tengo que estar segura de lo que quiero, para estar feliz acá o donde sea. Hay que replantearse cotidianamente los proyectos, recordar todo lo aprendido y pensar en todo lo que vendrá. Esto no es como un ex, que poniendo otra cosa más interesante adelante la olvidamos y por eso no queremos volver. Viajar es lo más maravilloso que me pasó en la vida, y no porque ahora esté acá de regreso voy a olvidarme de ello. Disfruto del crecimiento día a día aquí y allá, por eso cuando veo este video me pongo un poco melancólica. [ir]
Hoy elijo ser como los canguros, positivistas al máximo, siempre dando un paso (o salto) para adelante.




P.D: A viajar siempre se vuelve.